Enseñar a las máquinas a pensar

Kim Carlotti

Kim Carlotti

¿Qué es eso de la inteligencia artificial? En pocas palabras: Enseñar a las máquinas a emular la forma en que piensan, se comportan y toman decisiones los humanos. El objetivo principal de esta rama de las ciencias computacionales, es que las computadoras / software, puedan replicar modelos de razonamiento humano para facilitarnos la toma de decisiones rutinarias para hacernos la vida más fácil a los humanos. ¿Has pensado cuántas decisiones tomas al día? La inteligencia artificial busca reducir y mejorar la calidad de decisiones que tomamos al día aprovechando las ventajas adicionales propias de las máquinas. ¿Te imaginas de cuánta carga mental te podrías liberar si tuvieras mayor memoria de corto y largo plazo, acceso a millones de datos y posibilidad de hacer cálculos con la misma velocidad de una computadora? Exactamente eso es lo que busca la inteligencia artificial: Hacer una extensión del humano, pero con las virtudes de procesamiento de una computadora.

Si bien todo esto suena maravilloso, toda tecnología refleja a su creador y la inteligencia artificial no es la excepción. De hecho, la inteligencia artificial es tal vez una de las más complejas y paradójicas, porque es el espejo más fuerte de cómo somos los humanos y cómo son nuestras sociedades. De este modo, aún cuando muchos sistemas de IA son capaces de solucionar problemas complejos o tomar decisiones con mucha información, nos encontramos con muchos resultados que tienen fallas por sesgos y prejuicios evidentes. ¿Por qué pasa esto? Porque la tecnología aprende de nosotros y nosotros estamos llenos de sesgos cognitivos, que es la forma en que interpretamos la realidad de acuerdo a nuestra experiencia, educación o creencias.

De este modo, cuando una innovación como la inteligencia artificial se integra en sistemas sociales complejos como justicia penal, diagnósticos de salud, admisiones académicas o recursos humanos, es posible reforzar las desigualdades existentes, independientemente de las intenciones de los desarrolladores técnicos.

Estudios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones muestran que el uso del Internet por mujeres es un 12% menos y en países menos desarrollados esta brecha de género es de al menos un 32,9%. Por ende, los algoritmos tienen menos oportunidades de aprender los comportamientos y preferencias de las mujeres. De este modo, cuando estamos realizando algo tan rutinario como una búsqueda o tan importante como la implementación de una política pública ¿Cómo podemos estar seguros de su veracidad o efectividad si más de la mitad de la población está subrepresentada en términos de análisis de comportamiento?

Sobre esto y mucho mas, profundicé en un artículo escrito para la revista WomanGo, sobre la Inteligencia Artificial y los sesgos que se pueden producir, con devastadores resultados a futuro. Como señalo en el artículo que les comparto a continuación:

«…si no tenemos más mujeres provenientes de distintos contextos, formadas y trabajando en inteligencia artificial, en un mundo donde todo va a ser cada día más controlado por algoritmos, terminaremos “automatizando” la brecha de género, la desigualdad social y acentuando una sociedad retrograda pero con tecnología avanzada. Más que paradójico, sería trágico invertir en desarrollar herramientas que nos simplifican la vida, pero que a su vez incrementen los problemas sociales que históricamente hemos tenido. Aún peor, que sean más imperceptibles porque ahora, están escritas en código.»

Kimberly Carlotti – WomanGO

Les dejo el link al artículo en el blog de WomanGO:

https://revistawomango.com/ensenar-a-las-maquinas-a-pensar/

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